Editor del Autor de Éxitos Editoriales Internacionales y del New York Times L. Ronald Hubbard

15.º ACC Americano

15.º ACC Americano

15.º ACC Americano

Con la amenaza de Guerra entre las “grandes potencias”. Ronald había entregado el Congreso de Londres sobre Problemas Humanos. Había presentado el servicio introductorio del Curso de Eficiencia del Personal, y había anunciado Los Problemas del Trabajo como libro de texto para el curso. En su conferencia de apertura, él transmitió tanto la urgencia como la necesidad: “Nuestra misión, en gran medida, es una misión educativa. Y sólo recientemente hemos aprendido que hemos tenido en nuestros temas la totalidad de la educación”. Aquí, en el 15.º Curso Clínico Avanzado, es donde enseñó la aplicación de la simplicidad, demostrando su poder universal ya sea en auditación, educación o diseminación planetaria. Él entrenó a los auditores no sólo sobre cómo auditar, sino cómo comunicar los datos y cómo educar, introduciendo los precursores de la tecnología de estudio: Procesos de Aprendizaje que atravesaron las complejidades como un cuchillo que corta la mantequilla. Y dado que los auditores podrían necesitar pericia organizativa, ellos al mismo tiempo asistían a conferencias vespertinas para recibir instrucción sobre dirigir grupos de Scientology; una serie conocida hoy en día como Conferencias de Washington: Organización y Eficiencia del Personal. En resumen, LRH había dado un paso de gigante en cuanto a alcance, con los estudiantes del ACC preparados para la acción en las líneas de vanguardia, declaró el 15.º ACC Americano como el de mayor éxito de la historia.

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Más Sobre 15.º ACC Americano

Parte de la diseminación de Scientology, y la parte más esencial, es la maestría de su personal, particularmente la maestría de su personal clave. Y cuando estas personas son buenas, tanto en hacer que Scientology funcione como en manejar y controlar gente, individuos y grupos, entonces tienes Scientology a toda marcha. Así es como se disemina. — L. Ronald Hubbard

Según llegaba octubre de 1956, aparecía una crisis tras otra en el escenario mundial. En julio, el presidente de Egipto, Nasser, se había apoderado del Canal de Suez, una vital vía de suministro de petróleo, y las fuerzas británicas y francesas se estaban preparando para bombardear bases aéreas egipcias. Mientras tanto en Cuba se gestaba una revolución, preparando el escenario para una futura confrontación estadounidense-soviética que llevaría al mundo al borde de la guerra.

Sabiendo que sin Scientology aplicándose a amplia escala no existiría ninguna esperanza para cualquier resolución permanente de los conflictos planetarios, Ronald dirigió su atención una vez más a la tarea sumamente importante de la diseminación. Anteriormente ese año, había viajado a Dublín, Irlanda, en donde lanzó y sistematizó el innovador Curso de Eficiencia del Personal. En otoño, presentó dos libros importantes: Scientology: Los Fundamentos del Pensamiento y Los Problemas del Trabajo: Scientology aplicada al mundo del trabajo cotidiano. Ambos textos le dieron al hombre de la calle un manual con los fundamentos de Scientology que él podía aplicar inmediatamente para mejorar su propio livingness y el de su familia, sus amigos y sus asociados. Luego, en la primera semana de octubre, Ronald llevó a cabo el Congreso de Londres sobre Problemas Humanos, de nuevo enfocado en la aplicación de los principios de Scientology para resolver toda la gama de problemas humanos en toda su aparente complejidad.

De regreso a Washington, D.C., Ronald pronto estableció oficinas más grandes junto a la Iglesia Fundacional de Scientology y estableció nuevos alojamientos para los estudiantes cerca de ella, dando instrucciones personalmente en todos los detalles, incluyendo el mobiliario y la decoración. Con todo en su lugar, y con ese mismo fin de una amplia diseminación, Ronald se preparó para convocar un ACC muy especial.

En las páginas de la revista Ability se había realizado un llamamiento a los “veteranos experimentados” para que se inscribieran en el 15.º Curso Clínico Avanzado Americano, donde les “instruiría, enseñaría, daría conferencias, adiestraría y supervisaría L. Ronald Hubbard personalmente”... por primera vez en Washington, D.C., en el número 1812 de la Calle 19t. Y en cuanto a esa petición convocando a veteranos experimentados, tenía un propósito: obtener en este curso “el personal clave de Scientology”.

Pronto esos veteranos (que especialmente incluían a graduados de ACCs previos) estaban atiborrando la oficina de Ronald con solicitudes. Pues los ACCs de Ronald no sólo habían ya adquirido un estatus legendario, sino que este era el primer ACC americano que él entregaría personalmente desde el 9.º en Phoenix en diciembre de 1954. Y la razón para ello tenía que ver por completo con la aplicación por parte del auditor de todo lo que Ronald había enseñado en los Cursos Clínicos Avanzados anteriores.

Desde el 1.er ACC, Ronald se había centrado en infundir los fundamentos de la auditación en la mismísima esencia de cada estudiante. Pero con un cuerpo de auditores creciente, había llegado la hora de cristalizar todo ese trabajo. En consecuencia, tras completar el 9.º ACC, él lanzó un tipo claramente distinto de Curso Clínico Avanzado. Aunque lo instruían otros, incluía algo sin precedentes hasta entonces. En vez de ver y oír a Ronald dar una conferencia, los estudiantes le verían y oirían auditar.

Una publicación especial de la revista Ability titulaba a toda página: “¡CURSO CLÍNICO AVANZADO!”. Declarando que un importantísimo avance de entrenamiento ofrecería finalmente respuesta a una pregunta planteada durante mucho tiempo por los auditores: “¿Qué es lo que hace Ronald con un caso que causa los resultados que logra?”, el artículo describía cómo, con el acuerdo por parte del preclear, se había colocado una cámara de TV de último modelo y especialmente diseñada en un sitio que no estaba a la vista en la sala de auditación, enfocando al preclear y a Ronald.

Sin embargo, este primer uso de la TV de circuito cerrado no era más que una parte de un enfoque de entrenamiento que abordaba tres flancos. Después venía la crucial fase de la aplicación, con los estudiantes del ACC encontrando preclears en todos los estratos de la comunidad. Luego, en conferencias para los auditores llevadas a cabo en la oficina de Ronald, ellos informaban de los procesos que habían recorrido y los resultados exactos, con Ronald entregando instrucciones ahí mismo sobre qué deberían hacer en las siguientes sesiones con sus preclears.

Era un programa que no sólo elevaba el entrenamiento de auditor a un nuevo nivel, sino que, presentando a las comunidades los milagros que Scientology podía conseguir, proporcionaba una plataforma para aplicar los principios de Scientology a una escala mucho más amplia. Y ahora Ronald estaba a punto de llevar esos desarrollos a un nuevo nivel precisamente en la capital de la nación.

Así se inició el 15 de octubre de 1956 el 15.º ACC Americano. Desde la primera conferencia, Ronald instruyó a los auditores sobre cómo comunicar Scientology, con el fin de llevar soluciones reales que aplicar tanto en el preclear individual como en la sociedad en general. Pues la esencia del avance sensacional que se llevó a cabo en el 15.º ACC fue una sencilla palabra que penetraría en el enrevesado artilugio de la aberración: la simplicidad. Y a pesar de que el concepto de ninguna manera (debido a su propia naturaleza) es difícil de comprender, Ronald se aseguró de que esos estudiantes del ACC comprendieran con firmeza su monumental importancia:

“Bueno, en vista del hecho de que a una persona sólo se le puede auditar en la dirección de más métodos y más juego, hacer que vuelva a la simplicidad se convierte en el truco más grande que se haya hecho desde la construcción de este universo. Por lo general, si sólo tratas de hacer que vuelva a la simplicidad directamente, acabas con todo su juego y colapsa. Y eso es prácticamente el fin del caso. ¿Comprendido?

“Así que cómo haces esto, y cómo lo haces fácilmente y bien, en beneficio del auditor, del preclear y demás, es lo que estudiaremos en este ACC”.

Para reforzar lo que la simplicidad realmente representaba a la hora de comprender los casos, fue durante este ACC cuando Ronald entregó su inmortal relato: “La Historia de un Estático”. Publicado después como Boletín del Auditor Profesional, esta obra maestra de siete frases de Ronald no es sólo una información técnica vital, sino un dato estable perdurable que desenreda la complejidad de la línea temporal completa.

Entonces, avanzando hacia la simplicidad en términos de diseminación, Ronald desveló lo que la revista Ability describió como una “Metodología Educacional”. En cuanto a por qué la educación era ahora de máxima importancia, Ronald les dijo a los estudiantes:

“Nuestra misión, en gran medida, es una misión educativa. Y sólo recientemente hemos aprendido que hemos tenido en nuestros temas la totalidad de la educación”.

Mientras tanto instruía a los estudiantes en la relación entre la velocidad de aprendizaje y la aberración y el poder de elección y cómo mejorar la velocidad de aprendizaje; y hacia esa meta Ronald entregó los primeros Procesos de Aprendizaje de la historia:

“Por eso os estoy enseñando Procesos de Aprendizaje. ¿Lo captáis? Por eso os estoy enseñando Procesos de Aprendizaje. Porque hay aquí algunos procesos que son tan fantásticamente directos que lo único que haces es cancelar el esfuerzo del preclear por hacer que sean complejos”.

Dada la importancia de estos avances sensacionales en la educación, a la luz de los desarrollos posteriores de Ronald para mejorar los estándares educacionales tanto en la sala de curso como a lo largo y ancho de la sociedad, él de ahí en adelante se referiría a esos procesos como los que marcan los inicios de la Tecnología de Estudio.

Sin embargo, entrenar a esos miembros clave del personal al nivel de pericia requerido, definitivamente incluía infundir los fundamentos organizativos; específicamente, cómo establecer y expandir grupos que actuasen como puntos de diseminación para Scientology y que a su vez crearan otros grupos generando un crecimiento exponencial. De esta manera, concurrentemente con el ACC, Ronald impartió una serie separada de conferencias vespertinas en las cuales presentó los principios básicos de organización, y una instrucción profunda sobre cómo establecer, administrar y entregar un Curso de Eficiencia Personal. Esta serie histórica (a la que asistieron además todo el staff y estudiantes de la Academia de la Iglesia Fundacional) pronto se haría famosa como las Conferencias de Washington: Organización y Eficiencia Personal.

Y mientras entregaba todo esto, Ronald enseñó una gama completa de nuevos desarrollos técnicos, incluyendo:

  • Postulados: cómo su poder reside en el poder de decisión;
  • Procesos de Mímica: sus antecedentes y teoría;
  • Triángulo de “CRA”: por qué la forma correcta de decir ARC es CRA;
  • Cierre de Valencias: el mecanismo exacto y su origen;
  • Curaciones: qué tienen que ver con el alter-isness y cómo las curas a la larga requieren de más curas.

Todo lo cual quiere decir que fue un ACC que marcó un avance gigantesco en cuanto al alcance, y en su conferencia de despedida del 23 de noviembre, Ronald atribuyó su éxito al dominio preexistente que los estudiantes tenían de los fundamentos.

Finalmente, como preparativo para el despegue hacia una expansión sin precedente en la historia, Ronald le dio instrucciones a su editorial para que multiplicara por cinco la cantidad de libros a imprimir de Scientology: Los Fundamentos del Pensamiento, mientras avanzaba con la traducción de este comprensivo texto. Y al mismo tiempo, avanzando en la búsqueda desde ese punto de partida de la simplicidad, Ronald estaba ahora al borde de aún otro avance sensacional: una serie de procesos completamente nueva para resolver incluso los casos más intratables.

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